Se dice que no ha dejado de dar tumbos desde que le fue mutilado al cadáver del emperador de Francia. La historia comenzó en 1815, el hombre más poderoso y temido de su época fue atrapado por los britanícos y desterrado a la isla de Santa Elena, donde murió en 1821.
Siguiendo intrucciones del sacerdote Paul Anges Vignali, el cirujano Francesco Antom Marchi hizo la autopsia vencedor de Austerlitz y le cerceno el pene y dos trozos de intestinales que fueron adquiridos por el Museo Real del colegio de cirujanos de Inglaterra.
Parece ser que las dos piezas intestinales se perdieron en uno de los bombardeos de Londres, durante la segunda Guerra Mundial.
No se sabe el motivo por el que el sacerdote ordenó al cirujano la mutilación del cadáver del emperador. Pudo ser una venganza personal o un capricho de un coleccionista, puede que de un fetichista. El caso que el pene momificado paso a ser parte del patrimonio de la familia Vignali hasta 1924, cuando lo compró el librero estadounidense A.S.W. Rosenbach
En 1999, este fetiche macabro fue adquirido en una subasta por John Lattimer, un urólogo que desembolsó unos tres mil dólares por el trofeo.
Al fallecer Lattimer, en el 2007 el pene incorrupto de Napoleón fue heredado por su hijo Evan, quien lo guardaba en su casa como una pieza de valor incalculable que solo mostraba a un reducido número de amigos y conocidos.
Lo último que se dice que el macabro trofeo fue adquirido por un coleccionista argentino.
UN CHISTE: Dos amigos que han ido a la misma boda hablan de los regalos que han hecho a los novios:
Yo les he regalado un frutero de plata, ¿y tú?
El otro que es catalán, contesta:
Yo he completado el regalo, les he regalado un kilo de fruta.
Otro pero de LEPE: ¿Sabes por qué los de Lepe plantan los olivos en el mar.
No, ¿ Porqué ?
Para cosechar aceitunas con anchoas.
Todos nosotros les esperamos en la próxima estación.
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