sábado, 9 de febrero de 2019

Paso en Barcelona, fue en octubre por la tarde,

La dueña se estaba duchando en el piso en el que vivía con su hija desde hacía quince años. Había estado cocinando, es una cocinera estupenda, oyó a su perro ladrar muy enfadado, se asomó en bata y zapatillas y lo que vio no lo olvidará en la vida. Una lengua de fuego avanzando rápidamente desde el balcón, el ruido del televisor estallando, gritos en la calle.

Le dio tiempo a abrir la puerta, con lo puesto, y salir con su perro corriendo escaleras abajo. En cuestión de minutos, el fuego arrasó con su casa, todo lo que ella y su hija poseían, con todo.
Los bomberos tardaron en llegar al edificio, dada la estrechez de las calles Gracia .
Los vecinos fueron testigos de como los integrantes de un correfoc, por primera vez había sido autorizado en una calle tan estrecha, habían encendido repetidamente las mechas, justamente debajo del balcón. Nadie se explicaba cómo los responsables del ayuntamiento habían autorizado el peligroso y con unas salidas y entradas tan escasas.
Cuando llegaron finalmente los bomberos, su piso y todo lo que tenían, hasta el último detalle, había sido pasto de las llamas.
La dueña pidió un teléfono móvil para avisar a su hija y a sus padres. No los encontró, todo lo que siguió a estos momentos es confuso. Su hija adolescente llegó a su casa y, cuando vio el piso en llamas, creyó que su madre estaba dentro y lucho para entrar. Los bomberos no la dejaron y no la informaron de que su madre había conseguido salvar la vida.
Llorando a lagrima viva, su hija creyó muerta en los que fueron probablemente los minutos más angustiosos de la vida de la joven., finalmente, se encontraron y se fundieron en un largo abrazo. al día siguiente, ambas volvieron al piso aún  humeante,
Las cosas que confirman y acompañan la vida estaban absolutamente calcinadas. y recuerdos
Madre y hija se recuperan lentamente, con la exclusiva ayuda de su familia, de un trance que es muy difícil de superar. Póngase tan sólo unos minutos en su lugar. Ningún correfoc merece que nadie se quede sin casa y recuerdos.

UN CHISTE: Al terminar la corrida de toros: maestro, acaso le tenía miedo al toro?
No sólo me estaba entrenando para la maratón.

Le esperamos con mucha ilusión en la próxima estación.

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