sábado, 15 de diciembre de 2018

Me decía:

Tengo ochenta y cuatro años, cuatro hijos, once nietos y dos bisnietos, y ahora tengo una habitación de unos doce metros cuadrados.
Ya no tengo mi casa ni mi cosas queridas, pero tengo quien me arregla la habitación me hace la comida y la cama, me toma la tensión y me pesa.
Ya no tengo las risas de mis nietos, el verlos crecer, abrazarse y pelearse, eso sí, algunos vienen a verme al rededor de cada quince días, otros cada cuatro meses, otros nunca.
Resultado de imagen de grupos de familiares abuelos nietos perrosComo veo poco hago pocas cosas, aún tengo pasatiempos para hacer y hago algo porque me entretienen. No sé el tiempo que me quedará, pero tengo que acostumbrarme a esta soledad. No quiero intimar con los compañeros demasiado porque desaparecen con demasiada frecuencia. dicen que la vida se alarga cada vez más y yo me pregunto:¿Para qué?claro que cuando estoy solo, puedo mirar las fotos de mi familia que me quieren y me acompañan junto con algunos pensamientos que me he traído conmigo.
Y eso  es lo que me queda. Espero que las nuevas generaciones recapaciten y vean que la familia se forma para tener un mañana.
Yo opino y digo, que verdad es la que importa, si a lo largo de la vida, el ser humano pasa por varias etapas y los motivos de alegría y de preocupaciones cambian en cada una.
Cuando uno es pequeño, a ojos de los adultos es feliz todo el tiempo. Las preocupaciones son efímeras y la alegría parecen continuas.Pero si miramos con detalle, veremos que en esa primera fase de la vida las pequeñas preocupaciones abruman, lo que parece un reto insignificante y es un objetivo complicado.

Una frase, para reflexionar: Las ideas son como las pulgas, saltan de unos a otros pero, no pica a todos.
Un chiste, pero de Lepe: !Oye Ambrosio¡ ¿Es cierto que te andas viendo con mi mujer?
No..., lo hacemos con la luz apagada.
¡A bueno...!

No hay comentarios:

Publicar un comentario